Introducción
Leer vs. 1, 2. Lucas data el comienzo del ministerio público
de Juan (el Bautista) conectándolo con seis diferentes figuras
históricas, las cuales gobernaron entre los años 26 y
37 D.C. El decimoquinto año del reino de Augusto, que
se entiende mejor si se refiere al año 29 D.C.
Leer vs.3-6. Marcos 1:5ª relatan de una tremenda respuesta al
ministerio de Juan.
¿Por qué esta respuesta?
Juan era un auténtico profeta del Antiguo Testamento (Mateo
11:9) –un inspirado y autorizado mensajero de Dios. Luego de
una sucesión continua de profetas a partir de Moisés
(1400 A.C.) hasta Malaquías (400 A.C.), más de 400 años
habían transcurrido en silencio profético (reconocido
en las escrituras de las Apócrifas). Y repentinamente, Juan
emerge con autoridad profética y apariencia (Marcos 1:6 indica
que Juan quería parecerse físicamente a Elías) – ver
2 Reyes 1:8.
Él estaba enunciando el inminente cumplimiento de la profecía
del Antiguo Testamento. Él era el prometido que abriría camino
a la venida del Mesías y su reino (vs. 4,5).
En vs. 3-22, el tema central es el “bautismo”. La palabra
es utilizada 5 veces en este pasaje.
Cuando escuchamos esta palabra, la mayoría de nosotros pensamos
en el bautismo cristiano por agua (por aspersión o inmersión),
pero en este pasaje no hay referencias a este tipo de bautismo. Baptizo
significa “poner dentro de” y puede referirse a cualquier
tipo de “ponerse dentro de”. Existen 8 diferentes tipos
de bautismos referidos en el Antiguo Testamento.
Este pasaje, junto con los equivalentes en Mateo 3, introduce cuatro
tipos distintos de bautismos, de los cuales cada uno significa una
verdad crucial concerniente al punto de vista bíblico de la
salvación.
El bautismo de Juan (vs.3)
Juan estaba proclamando que Dios los perdonaría de sus pecados
si ellos se arrepentían. Ellos debían expresar su arrepentimiento
al confesar públicamente sus pecados y someterse al bautismo
en agua hecho por Juan. (Nótese Lucas no dice: “…un
bautismo de perdón…” sino ....“un bautismo
de arrepentimiento para ser perdonado......” El bautismo claramente
no era la causa para su perdón, sino más bien un acto
que simbolizaba su limpieza-perdón debido a su arrepentimiento).
Para comprender el significado del bautismo necesitamos conocer algo
acerca de la teología Judía y la práctica proselitista
de esa época.
La teología Rabínica enseñaba que todos
a excepción
de los judíos más malos, tenían su salvación
asegurada debido a que eran descendientes de los patriarcas y por lo
tanto herederos de sus méritos. Ellos enseñaban
que Abraham se sentaba a las puertas de Gehenna para mandar de vuelta
a cualquier israelita que pudiese por alguna casualidad haberse presentado
allí. Ellos decían de Abraham: “Incluso si tus
hijos fueran meros cuerpos muertos, sin vasos sanguíneos o huesos,
tus méritos servirían de aval para ellos.”2 Esta
es una perversión de las enseñanzas del Antiguo Testamento
a cerca de los judíos como el pueblo elegido por Dios (EXPLICAR
LO QUE SIGNIFICA).
Sin embargo, los gentiles que quisieran convertirse al Judaísmo
debían someterse a un bautismo de agua, un ritual de lavamiento3 .
Al hacer esto, ellos admitían que moralmente estaban contaminados
y necesitaban el perdón de Dios. Las BUENAS NOTICIAS: “ Tú puedes
ser parte de la familia/ pueblo de Dios.” Las MALAS NOTICIAS: “ Moralmente
estás sucio – debes ser lavado.”
Al insistir que su audiencia Judía fuera bautizada, ¡Juan
estaba rechazando la enseñanza de sus tiempos! Ellos pensaban
que estaban listos tal y como eran, pero él estaba diciendo. “ ¡Tú no
eres más aceptable delante de Dios que los gentiles! ¡Tú debes
admitir tu pecaminosidad, tú necesitas el perdón de Dios – igual
que cualquier otra persona!” Leer vs.7-9, evidentemente estaba
dirigido primariamente a los Fariseos y Saduceos (Mateo 3:7).
A propósito, este era el mensaje del Antiguo Testamento. No
es que Dios cambió la manera de obtener su aceptación
por obras (Antiguo Testamento) a gracia (Nuevo Testamento). Él
siempre ha enseñado que la salvación es por la fe solamente.
Fueron los rabinos Judíos que pervirtieron este mensaje, y Juan
lo estaba restaurando.
Es crucial comprender el bautismo de Juan porque enseña nuestra
parte en cuanto a recibir la salvación.
¿Qué hay de ti? ¿En qué te basas para
que Dios te acepte? ¿Ser miembro de una iglesia? ¿Descendiente
de una “familia cristiana”? ¿Ser bautizado? ¿ser
una buena persona? En cuanto a obtener la aceptación de Dios,
estas cosas valen nada. Tienes la falsa seguridad que los Judíos
del tiempo de Juan tenían.
Pero las buenas noticias son estas (y pienso que es la razón
por la cual mucha gente se apiñaba para escucharlo): Dios está preparado
para perdonarte tal y cual eres si es que tú vienes ante él
en arrepentimiento. ¿Qué significa arrepentimiento? Significa
cambiar tu mente en cuanto a cómo se obtiene la aceptación
de Dios.de obras a descender a admitir tu pecaminosidad delante de
Dios y confiar sólo en su misericordia.
Leer vs. 10-14. Juan no está diciendo que las buenas
obras son necesarias para el perdón; él está diciendo
que las buenas obras tenderán a fluir a partir del verdadero
arrepentimiento. Esta gente arrepentida naturalmente quiere conocer
cómo Dios quiere que ellos vivan sus vidas. Juan no les dice
que abandonen sus familias o trabajos, sino que sigan los caminos de
Dios dentro de esas áreas.
El bautismo de Jesús con el Espíritu Santo (vs. 15,16)
Leer vs. 15,16. Juan está hablando a aquellos que han
sido bautizados. Nótese cuán cuidadoso es Juan de someterse
a sí mismo y a su mensaje al Uno que viene después de él
(Jesús).
A pesar de ser tan importante como lo era ( y Jesús luego dijo
que ningún profeta del Antiguo Testamento había sido
más importante que Juan), el Uno que venía después
de él era por lejos mucho más magnífico.
A pesar que su bautismo era grandioso, el bautismo del Uno que venía
después de él era mucho más grandioso. Él
menciona dos bautismos que el Mesías haría: Uno con el
Espíritu Santo y el otro con fuego.
El bautismo por el Espíritu Santo se refiere a la unión
interna, personal que se forja entre Jesús y aquellos que creen
en él como Salvador (Leer 1Corintios 12:13). Por medio del Espíritu
Santo, somos identificados con la justicia de Jesús – la
cual es la base para la seguridad de nuestra salvación. También él
mora en nosotros para asegurarnos personalmente de nuestra posición
asegurada (por ejemplo, relacionarnos con él personalmente,
para experimentar su poder para liberarnos de la esclavitud del pecado,
y posibilitarnos el servirle en forma significativa).
Comprender el bautismo por el Espíritu Santo nos aclara un
número de pasajes que parecieran enseñar que el bautismo
cristiano por agua es necesario para la salvación. Explicar
1Pedro 3:20,21.
Lo más que podía hacer Juan era anunciar la disposición
de Dios para perdonarnos si vamos a él simplemente confiando.
Pero incluso las mejores nuevas es que Jesús nos bautiza con
el Espíritu Santo para unirnos con él en una unión
permanente y personal. Esta unión también nos asegura
de nuestra posición delante de Dios. Nada de esto estaba disponible
para el creyente común del Antiguo Testamento – ¡o
incluso para el mismo Juan (ver Mateo 11:11)!
La audiencia de Juan debió esperar este bautismo hasta que
Jesús muriera por sus pecados (Juan 7:39). Pero nosotros que
ponemos nuestra confianza en Jesús como nuestro salvador, hoy
recibimos este bautismo inmediatamente (Efesios 1:13,14).
El bautismo de Jesús con fuego (vs.16)
¿Qué es este “bautismo con fuego”? Muchos
interpretan esto como la experiencia que tuvieron los discípulos
en el día de Pentecostés (Hechos 2:3,4). Esta es la enseñanza “Pentecostal” clásica:
que la salvación se evidencia con una experiencia de este tipo
la cual llaman “bautismo de fuego”. Así puedes tener
gente preguntándote si has tenido este bautismo, y pueden insistirte
a que lo busques. Pero esta claro en este pasaje que tú no debieras
buscar el “bautismo de fuego”.
Leer vs.7. Explicar el proceso de trillado de los Judíos. El
trigo en el granero se refiere a los creyentes en Jesús que
están bautizados por el Espíritu Santo y por lo tanto
salvos bajo el resguardo del Mesías. La cascarilla (o paja)
se refiere a aquellos que no confiaron en Jesús y son por lo
tanto juzgados por él con “fuego inextinguible”.
Así el bautismo de fuego se refiere al juicio de Dios para aquellos
que rehúsan su perdón. El “fuego” es una
descripción metafórica del infierno, el cual es eterno,
una separación conciente de Dios (ver 2Tes. 1:9).
Este pasaje enseña otra verdad muy importante. Jesús
va finalmente a separar a toda la gente en dos grupos (aquellos que
pertenecen a Dios y aquellos que no), y él también finalmente
designará a toda la gente a uno de los dos destinos (cielo o
infierno). Y la razón para esta separación será si
hemos respondido a la oferta de Dios de perdón y arrepentimiento.
Esto corre directamente en contra de las religiones Orientales y la
teología universalista postmoderna. Considera esta cita proveniente
de una revista Nueva Era:
“…El movimiento de la Nueva Era venera a Jesús…La
religión de Jesús llama a cada ser humano a crecer en conciencia
hacia un estado de unidad cósmica y plenitud, el cual Jesús mismo
demostró…(como) esa capacidad de crecer hacia un estado de divinidad…De
este modo, el movimiento de la Nueva Era ve a Jesús no como un vehículo
de salvación sino que como un modelo de perfección…El
camino a Dios es a través de un ascenso en la conciencia a ese amor
incondicional que Jesús demostró…El cielo y el infierno
son .....no son lugares…sino que estados de conciencia…Solamente…una
unión auto desarrollada con la voluntad de Dios…produce una nueva
humanidad, de la cual Jesús – el segundo Adán – es
un ejemplar. Este es el núcleo sagrado de todas las tradiciones sagradas
del mundo, incluyendo la Judeocristiana.”4
Es esencialmente deshonesto para ellos declarar que la Biblia y Jesús
apoyan su punto de vista aquí. Debieran simplemente y francamente
rechazar el cristianismo en ves de pervertir la enseñanza de
Jesús.
Muchos de nosotros no queremos que esto sea tan blanco o negro, queremos
que todo sea gris. Pero Dios dice que mientras muchas cosas son grises,
en este tema tan importante, es blanco y negro, adentro o afuera, por él
o contra él. Existe un momento en el tiempo en el cual estamos
separados de Dios y bajo su juicio, y después de éste
estamos eternamente perdonados y unidos con él. Y el instante
que separa ambos estados es el punto de decisión a cerca de
Jesús.
Así que estos dos bautismos nos dicen que Jesús es ambos
Salvador y Juez.
El bautismo de Juan a Jesús (vs.21,22; Mateo 3:13-15)
Leer Mateo 3:13-15- ¿Por qué Juan quiere impedir
que Jesús sea bautizado por él?
No es debido a que él sabía que Jesús era el Mesías.
Juan 1:29-34 nos informa que Juan no supo esto hasta después
que Jesús fue bautizado.
Más bien, la protesta de Juan confirma la vida justa
que Jesús
había vivido hasta ese momento. Como el primo hermano de Jesús,
su contacto con Jesús testificaba de su integridad moral. Jesús
no es un pecador y no necesita el bautismo de Juan.
Esto nos plantea una pregunta aún más intrigante: ¿Por
qué cuando Jesús insiste en ser bautizado de esta manera?
Leer vs.15. Jesús reconoce que la evaluación de Juan
es correcta, sin embargo insiste que lo haga de todas maneras. ¿Cómo
el sometimiento de Jesús a un bautismo para pecadores es capaz
de “cumplir con lo que es justo”? La respuesta a
esta pregunta nos lleva derecho al corazón de cómo Dios
provee la salvación: a través de la muerte sustitucionaria
de Jesús.
Dios simbolizó esto a través del sistema de sacrificio
del Antiguo Testamento (DÍA DE LA PROPICIACIÓN). El Nuevo
Testamento lo dice directamente en 2Cor.5:21 (leer). Debido a que Jesús
quien no conoció pecado estaba dispuesto a convertirse en pecado
por nosotros, Dios estaba dispuesto atribuir su justicia a nosotros.
Debido a que Jesús estaba dispuesto a tomar lo que no merecía
(el castigo de Dios por nuestros pecados). Dios estaba dispuesto a
darnos lo que no merecíamos (la justicia de Jesús).
Visto bajo esta luz, era de hecho “apropiado de esta manera para
nosotros, para que cumpliéramos toda justicia.” Al someterse
al bautismo de Juan, Jesús se estaba identificando con los pecadores
y prefigurando el propósito de su venida. Su bautismo, como
su nacimiento el que estudiamos la semana pasada, es un cuadro de la
cruz. Aparte de esto, Dios no puede aceptarnos sin comprometer su propio
carácter.
Este bautismo por lejos es el más importante que hemos estudiado
hoy. Aparte de este (y lo que simboliza), el bautismo de Juan hubiese
sido sin frutos y el bautismo del Espíritu Santo hubiese sido
imposible. Hubiese habido sólo un bautismo esperando
por nosotros – el bautismo de fuego.
Es por esto que Dios el Padre respondió de la manera que lo
hizo (leer Mateo 3:16,17), Él agregó su confirmación
de que éste era su Hijo y que éste era el propósito
por el cual él vino.
Lo curioso es que el Padre en realidad está citando dos pasajes
Mesiánicos del Antiguo Testamento. “Este es mi Hijo” que
viene de Salmos 2, el cual habla del gobierno, y reinado del Rey- Mesías. “Con
el cual estoy complacido” que proviene de Isaías 42, el
cual (junto con el resto de los pasajes del Siervo Anónimo),
habla del siervo que viene a morir por los pecados del pueblo. Por
lo tanto, el Padre está anunciando que Jesús es el Único
que va a cumplir ambos roles, primero como Siervo que Sufre, y luego
como Rey que Gobierna.
1 Traducido por Marie
Claude Bastres, Chile, Texto extraído de www.xenos.org
2 William Barclay,
The Gospel of Matthew, vol. 1 (Philadelphia: Westminster Press,
1958), p. 39.
3 Ver Alfred Edersheim,
The Life and Times of Jesus the Messiah (Grand Rapids: Eerdmans
Publishing Co., 1973), vol. 1, p 273 and vol. 2, pp. 745-747
(contiene numerosas referencias Talmúdicas sobre las prácticas
proselitista del bautismo).
4 John White, “The
Lightquest Magazine,” vol. 2, number 2, pp. 2,3