Lucas

Jes?s y el Discipulado

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Gary DeLashmutt

Luke 5:1-11

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Introducción

En las dos últimas semanas, se nos ha introducido a dos aspectos importantes del ministerio público de Jesús – su prédica y sus milagros. Esta mañana, analizaremos al tercer apecto –discipulado. Jesús dedicó una porción significativa de su ministerio público a llamar y entrenar a los discípulos.

Este hecho de su ministerio ha estado sometido a negligencia, abuso, y confusión. Esta mañana, intentaremos corregir esto destilando varios principios bíblicos en esta materia. Usaremos Lucas 5 como nuestro texto base.

Principio # 1

Leer vs.1- 11. La primera vez que leí este pasaje, fue muy inquietante para mí. Sonaba como que Jesús caminaba hacia extraños totalmente desconocidos y los hipnotizaba (fascinaba)—o que eran candidatos crédulos para un culto. Aunque él hiciera milagros, no me puedo imaginar dejando mi profesión para seguir a alguien que recién conocí. Sin embargo algunos grupos usan este pasaje para justificar la presión y la manipulación (EJEMPLOS).

Cuando estudiemos este pasaje cautelosamente, sin embargo, descubriremos que éste no habia sido el encuentro inicial con Jesús. Más bien, fue un momento importante en su relación con Jesús que había estado desarrollándose por algún tiempo.

Una lectura detenida del texto insinúa esto. Vs.5 implica que Pedro conocía a Jesús lo suficientemente bien como para confiar en lo que Jesús decía por sobre su propio conocimiento sobre pesca. (“como tú lo mandes”).

Esto es confirmado por Marcos 1:14 (leer). Mateo, Marcos y Lucas se saltean como un año, el tiempo entre el bautismo de Jesús por Juan el Bautista y el arresto de Juan. Este es a menudo llamado “el año de oscuridad”.

Lo relatado en Juan 1:35-4:45 (por lo menos) ocurre durante este tiempo. Juan 1:35-42 registra el encuentro inicial entre ellos. Nótese cuán diferente es esto de Marcos 1 y Lucas 5.

Leer vs.35-40. Cuando intentan entablar una conversación con Jesús, él no les llama a tomar una decisión inmediata a cerca de él. En cambio, él los invita a pasar una tarde, durante la cual ellos comienzan a conocerle y él (evidentemente) responde a sus preguntas.

Leer vs.41,42. Cuando se encuentra con Pedro, no le habla de dejar su trabajo. En cambio, “mira dentro de él” y le expresa un profundo entendimiento y visión de la vida de Pedro. Esta es la gracia de Dios: Jesús viene al encuentro donde estemos, con todas nuestras preguntas y problemas – y expresa la aceptación de Dios y su visión para nuestras vidas.

Durante ese año, ellos desarrollaron una relación con Jesús mientras aún estaban trabajando en sus propios trabajos—algo que muchos jóvenes hombres Judíos hacían con sus rabinos en ese tiempo. Ellos lo vieron transformar el agua en vino, despejar el Templo, conversar con gente rechazada, alcanzar a la mujer Samaritana, etc.

Lucas 5:1-11 registra la culminación de este año.

La respuesta de Pedro (vs.8b) muestra que ha llegado a darse cuenta que Jesús es cualitativamente diferente de él, y que no tiene derecho a estar involucrado con él.

La respuesta de Jesús (vs.10) reitera la gracia de Dios: El deseo de estar con ellos a pesar de su naturaleza pecaminosa, y que tenía un propósito mayor para sus vidas.

Así que Jesús no los hipnotizó, ni tampoco ellos eran crédulos. Más bien, ellos hicieron una decisión voluntaria e informada para responder a su invitación a transformarse en aprendices/reclutas. Destilamos de esto un principio importante: El discipulado comienza con una decisión informada y voluntaria de seguir a Cristo. La gente necesita información y tiempo para procesar esta información para poder hacer una decisión genuina de seguir a Cristo. De otra manera, nuestras decisiones serán superficiales.

Esta es la manera en que ocurre con nuestra decisión de convertirnos en cristianos. Por una variedad de razones, la mayoría de nosotros comenzamos desinteresados o incluso hostiles a Jesús. Pero luego algo ocurre que nuestro interés o curiosidad comienza a despertar: un amigo se hace cristiano, falla una relación o un trabajo en el cual tú pusiste tus esperanzas, tú escuchas información acerca de Jesucristo que corrige tus conceptos errados (EJEMPLOS), etc. Tú llegas a un estudio bíblico y experimentas el poder de la palabra de Dios que habla de tu condición. Algunas de tus preguntas y objeciones son respondidas. Ves a cristianos relacionándose con otros de una manera que es muy atractiva. Tú escuchas que es en realidad posible recibir a Cristo y si lo haces, él te posibilitará el relacionarte con Dios en forma personal y comenzar a cambiar tu vida desde adentro hacia fuera. En un punto dado, te das cuenta que tienes información suficiente y que ahora Cristo te está llamando para que hagas una decisión.

Principio # 2

Los discípulos son “aprendices” -- aquellos que aprenden y aplican lo que Jesús les enseña. La palabra griega para discípulo es “mathetes” lo cual significa “aprendiz” o “estudiante”. Jesús lo señaló en Juan 8:31(leer). Esto corrige dos conceptos errados muy generalizados:

El discipulado es para todos los cristianos, no para algunos pocos selectos. Por eso que “discípulo” es el término normal que Lucas usa para referirse a los cristianos en Hechos (ver Hechos 14:22). La idea de ser un cristiano pero no un discípulo puede ocurrir, pero no es lo normal ni lo deseable.

El discipulado es nuestro estado normal desde el momento en que venimos a Cristo, no es un estatus que alcanzamos después de un largo tiempo. Cada uno comienza la vida cristiana como un discípulo, porque aprendemos y aplicamos lo que Jesús enseña a cerca del regalo de salvación de Dios. No requiere perfección, o compromiso absoluto en un sentido perfeccionista, sino que simplemente la disposición de continuar aprendiendo y aplicando lo que él nos está enseñando en este tiempo.

Principio # 3

El discipulado involucra ser equipado por Jesús para influir a otros para él (“los haré pescadores de hombres”). Jesús no quiso decir esto en una forma impersonal o por manipulación. Este no es un comentario acerca de como la gente se parece a los peces, sino una invitación a unirse a él para reconciliar a la gente con Dios. Cada vez que el discipulado se desconecta de este propósito, se vuelve aberrante (MOVIMIENTO MONASTICO). Si tú sigues a Cristo, él te llevará a la gente que no le conoce.

Estos hombres eran comunes bajo los estándares del mundo, pero Jesús les dio el privilegio de jugar un rol único, y él asumió la responsabilidad de equiparlos para este rol.. Como apóstoles, ellos eran los voceros autoritativos de Jesús quienes testificaron de su resurrección, tuvieron la autoridad de escribir la escritura y hacer milagros para autentificar su mensaje. Nosotros no tenemos este rol.

En vs.8, Jesús está de acuerdo con la evaluación de Pedro, pero no con su renuncia. En el mismo momento que Pedro se da cuenta cuán indigno él es para representar a Jesús, Jesús lo llama para que sea “pescador de hombres”. Así es con nosotros…

Pero Efesios 2:10 dice que a cada uno de nosotros nos ha sido dado un rol único. A cada uno de nosotros nos han sido dado dones y hemos sido llamados para influir sobre otros para Jesús de una manera que nadie más puede. Sin importar cuan corriente/ vergonzoso seas, él asume la responsabilidad y se declara competente para hacer esto. Si tú continúas siendo un aprendiz, él progresivamente te equipará y te revelará tu rol.

Principio # 4

El contexto de discipulado es comunidad con otros discípulos. Jesús no llamó sólo a una persona, ni tampoco tuvo encuentros con varios de ellos en forma individual. Él los llamó para mantener una relación entre ellos así como también con él.

El discipulado involucra aprender de otros cristianos en cómo seguir a Cristo. Estos hombres habían sido entrenados por Jesús en la carne. Ahora, se nos ha dado su Espíritu y nos entrenamos en el contexto de su Cuerpo. El contexto para vivir una vida de discipulado es involucrarse en forma interdependiente en el Cuerpo de Cristo. Tú relación con Jesús, tu entendimiento de su voluntad, tu efectividad en jugar tu rol está radicalmente entorpecido sin la vida del Cuerpo (GRUPOS EN CASA).

Debemos venir a Jesús individualmente y de a uno –igual como si estuviéramos naciendo físicamente. Pero nacemos en una familia, y esa familia te ayuda a comer, aprendes a caminar y hablar, etc. Es lo mismo en el aprendizaje de vivir la vida de cristiano…

El discipulado involucra enseñar a otros cristianos en cómo seguir a Cristo. El discipular a otros es una MAYORDOMÌA –una responsabilidad de pasar a otros lo que Dios nos ha dado a través de cristianos más antiguos-y al mismo tiempo es una fuente de gran realización personal y gozo (3 Juan 1:4). Yo agradezco a Dios por la gente que me enseñó a estudiar la Palabra, a orar, compartir mi fe, etc. ¿Cómo no podría hacer lo mismo por otros cristianos más jóvenes?

Principio # 5

El discipulado requiere permitir que Jesús cambie tu vida (prioridades, relaciones, dirección, etc.) de acuerdo a su propósito y su tiempo. En el momento apropiado, él dijo, “Sígueme,” y ellos respondieron dejando sus redes.

Ellos no dejaron sus trabajos por algo que era más intrínsicamente “espiritual”. Ellos lo dejaron porque se habían “enganchado” con el propósito de Jesús para ellos y debido a que él había dicho que éste era el paso siguiente. Estoy segura que este fue un paso difícil, pero al cual estaban listos para tomar.

Debiéramos “crecer donde hemos sido plantados” y no asumir que debemos inmediatamente cambiar nuestro trabajo, lugar, etc. para poder seguir a Jesús (1Corintios 7:20-24). Pero en la medida que Jesús te comienza a mostrar tu propósito, cambiará la manera en que vez tu trabajo (Efesios 6). etc. Y si tú continúas siguiéndolo, probablemente terminarás siendo y haciendo cosas que nunca te habías imaginado. Él te llamará a que dejes pecados que tú amas, y hacer pasos de fe en cosas que dan miedo. Algunas de ellas serán difíciles, pero valen la pena para mantener el entusiasmo de una relación vital con Jesús.

ADVERTENCIA: “Un discípulo es una persona en proceso. El proceso comienza cuando una persona recibe a Cristo…y continúa mientras la persona continúa aprendiendo…

De vez en cuando en el proceso, Jesús levantará las demandas a sus estudiantes. Vemos esto en Juan 6 cuando él urge a un gran grupo de sus discípulos a confiar areas de sus vidas más profundas y significativas. Pero muchos de estos “aprendices” se ofendieron, decidieron dejar de aprender, y no siguieron con él (vs.66). No pudieron llamarse más sus discípulos. Pararon de crecer…

Al discípulo que esta creciendo hoy en día, él le dirá “has estado haciendo bien; has demostrado que eres un estudiante. Pero ahora es tiempo de graduarte y pasar a la siguiente clase. Las expectativas son mayores ahora. ¿Estás dispuesto a aceptar este desafío?” Si el discípulo dice si, él continúa aprendiendo, continúa creciendo, continúa siendo usado para la obra del reino – él continúa siendo un discípulo. Pero si él no está dispuesto seguir, Jesús dice, “Entonces no puedes ser mi discípulo. Tu destino eterno por ningún motivo está en peligro, y puedes arrepentirte en cualquier momento y comenzar nuevamente la clase. Pero mientras mantengas esa postura, no serás mi aprendiz.”

Siendo este el caso, encontrarás que la mayoría de los recién convertidos cristianos son discípulos, debido a que tienen un intenso deseo de aprender más a cerca de su relación con Dios y no han tenido mucha oportunidad de zafarse todavía.

Por otro lado, puedes encontrar una persona que ha estado pastoreando una iglesia por 20 años, tiene un doctorado del seminario, ha memorizado la mitad de la Biblia, a guiado a cientos hacia el Señor, y sin embargo no es un discípulo, debido a que en un momento determinado dijo, “No. No estoy dispuesto a ir más allá. No haré ese sacrificio. No estoy interesado en seguir aprendiendo.” A él, Jesús le dijo “No puedes ser mi discípulo.2

>> ¡CUIDADO, con el miedo progresivo al cambio! Resiste el estancamiento y la complacencia! Sométete a su agenda cuando él disciplina las áreas de pecado y llama para nuevos pasos de fe. ¿No estás seguro de lo que está pidiendo? Pídele que te muestre—con una disposición a seguir avanzando.


1 Traducido por Marie Claude Bastres, Chile, Texto extraído de www.xenos.org

2 Christopher Adsit, Personal Disciple-making (San Bernardino: Here’s Life Publishers, 1988), pp.34,35.

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