Romanos

El Evangelio en el Antiguo Testamento

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Gary DeLashmutt

Romans 3:21; Romans 4:1-16

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Introducción

Resumir las “buenas nuevas” que descubrimos la última semana en Rom.3:21-26 –Dios está ofreciendo justificarnos por su gracia solamente, sólo a través de la muerte de Cristo, sólo por la fe. 

Algunas personas (incluyendo los oponentes de Pablo en Roma) tienen un problema con este mensaje.  ¿Contradice el Antiguo Testamento?  Su énfasis es en la ley y las obras y las consecuencias de la desobediencia.  ¿Qué si Dios aceptara la gente del Antiguo Testamento sobre bases diferentes?  Esto tornaría las “buenas nuevas” en “malas nuevas”.

Elige:

Ya sea el evangelio de Pablo sería contradictorio a la revelación previa, y por lo tanto falsa.  Talvez está simplemente inventándolo porque es más atractivo. O Dios es caprichoso, y cambia de opinión en cuanto a la aceptación de la gente.  Si es que cambia de la ley a la gracia, ¡él podría cambiar de vuelta de la gracia a la ley!

Es por esto que Pablo debe demostrar que el evangelio está arraigado en el Antiguo Testamento.  Él se refiere a esto en 3:21 (“…la que dan testimonio la ley y los profetas…”), y él desarrolla esto en 4:1-16.

“Testificada por la Ley”

¿Cómo fueron estas buenas noticias testificadas por la Ley?  Uno de los hechos más importantes de la Ley del Antiguo Testamento eran sus regulaciones para la adoración.  Estaba muy detallado—lleno de sacerdotes, festivales de lavamiento, sacrificios, ritos, etc.  Sólo tenemos tiempo para mirar los puntos álgidos de la adoración del Antiguo Testamento.

Se hacía en el Tabernáculo, el cual estaba siempre situado en el centro del campamento—para enfatizar su deseo de morar en ellos.  (Más tarde, cuando Israel se asentó en Palestina, ellos construyeron una estructura permanente, el Templo).  Cada cosa que había dentro del Templo, estaba hecha de acuerdo a las especificaciones exactas de Dios (Ex.25:9), debido a que representaba el problema de Dios con ellos  y su solución a este problema. Toda la innovación humana estaba por lo tanto prohibida, debido a que representaba los intentos humanos de aproximarse a Dios en sus propios términos, en vez de hacerlo en la manera que Dios proveyó graciosamente.

El centro del Tabernáculo era el Lugar Santísimo, en el cual la presencia de Dios moraba, entre los israelitas.  Este cuarto (un walk-in closet agrandado) estaba separado del resto de la gente por una serie de velos (cortinas).  La gente que intentaba entrar a la presencia de Dios de cualquier manera que no fuera aquella especificada por Dios moriría (Lev. 16:2).

El único mueble que había dentro del Lugar Santísimo era el Arca del Pacto, o la “caja de la evidencia”.  Contenía los artículos que representaba el pecado de Israel –maná (rechazo de la provisión de Dios), la vara de Aarón (rechazo del liderazgo de Dios), y las Tablas de los Diez Mandamientos (rechazo de la Ley de Dios).  Situado en la parte superior del arca estaban las estatuas de dos querubines, ángeles asociados con la ejecución del Juicio de Dios.  Sus caras estaban apuntando hacia abajo, mirando la evidencia del pecado de Israel en contra de Dios.

¿Puedes ver lo que Dios está comunicando a través de todo esto?  Él quiere habitar en medio de su pueblo, él que ellos puedan comunicarse con él—pero existe un problema que lo hace imposible.  Debido a su justicia, sus pecados los separan de él y los coloca justamente bajo su juicio.  Esto es exactamente lo que Pablo argumenta en Rom.1, 2.

¡Pero espera!  Existía otro objeto en el arca, y este artículo eran las “buenas noticias”.  Se llamaba “el asiento de la gracia”.   Era una tapa que cubría la parte superior del arca, y lo que ocurría sobre esta tapa una vez cada año,  permitía a Dios aplazar su juicio sobre su gente sin violar su propia rectitud y justicia.  Pueden leer este tema en Lev.16.

Una vez al año, en el Día de la Propiciación (“Yom Kippur”), el Sumo Sacerdote seleccionaba dos chivos sin defectos físicos.  Él sacrificaba uno de ellos y tomaba su sangre (el símbolo de su vida derramada en la muerte) en el Lugar Santísimo y manchaba el asiento de la gracia.  Se decía que esto “cubría” sus pecados porque la muerte del chivo satisfacía el juicio justo de Dios en contra de sus pecados.  Luego el Sumo Sacerdote salía del Lugar Santísimo e imponiendo sus manos en la cabeza del otro chivo, él confesaba los pecados de Israel para ese año.  Luego soltaban el chivo  en el desierto.  Se decía que esto “quitaba” sus pecados.

¿Ves lo que Dios estaba enseñando a Israel a través de este rito? Él no comprometía el castigo de muerte debido al pecado, sino que él proveía una manera de perdonarlos a pesar de sus pecados—a través de la muerte de su sustituto elegido y sin mancha.  Esto es lo que los teólogos denominan propiciación sustituta, y era el elemento central de la adoración del Antiguo Testamento.

Esta era un maravilloso cuadro de cómo Dios acepta a las personas pecadoras, pero era sólo un cuadro.  Cuando uno lo piensa, tiene serios puntos inconvenientes:

  • Tiene que ser repetido una y otra vez, año tras año.  Esto sugiere que no estaba realmente resolviendo el problema de su culpa delante de Dios.
  • El uso de animales era inadecuado, dado que ellos no son criaturas morales. Una muerte substitucionaria debido al pecado humano requeriría un humano especial, sin mancha.
  • Era sólo para Israel.  ¿y qué del resto del mundo?

Era un cuadro temporal de cómo Dios resolvería algún día el problema del pecado a través del perfecto sacrificio.  Es por esto que Dios no sólo anticipó su solución a través de la Ley; sino que también lo predijo más específicamente a través de los profetas…

“Testificado por los Profetas”

Existe un pasaje en el Antiguo Testamento, el cual es mencionado o aludido por el Nuevo Testamento más de 80 veces.  Es el canto del Sirviente de Dios en Isaías 52:13-53:12, escrito hace más de 700 años antes de Cristo.  Aunque tiene que ver con algo que ocurrirá en el futuro (profecía predictiva), está escrito en el “tiempo pretérito profético” para indicar su certero cumplimiento.  Está lleno de trágica ironía, describiendo cómo el rechazo de Israel del Sirviente de Dios desembocará en el cumplimiento del plan de salvación de Dios.  Nuevamente, sólo tenemos tiempo para  revisar los puntos clave de esta increíble predicción. 

Leer 53:5, 6, 10,11.  Utilizando el lenguaje del sistema de sacrificio del Antiguo Testamento, Isaías dice que esta Persona dará su justa vida como un sacrificio de propiciación por los pecados de Israel.  Esto confirma lo que el sistema de sacrificio implicaba, que la última propiciación de Dios requeriría una muerte voluntaria de una Persona única, no de animales.

Debido a que él es el perfecto sacrificio de Dios, su  muerte comprará el perdón completo por los pecados.  Por lo tanto, no tendrá que ser repetido una y otra vez como en el caso de los sacrificios de animales.  (De hecho, los dejó fuera de servicio de una vez).

Y la  muerte de esta Persona proveerá no sólo el perdón por los pecados de Israel, sino que también para el resto del mundo. Leer Isa.52:15.

Este pasaje es tan obvio e indicador del evangelio cristiano que muchos escépticos acusaron que era una falsificación cristiana insertado posteriormente en el Antiguo Testamento.  Nadie dice eso ahora, debido a que entre los rollos del Mar Muerto existía una completa copia de Isaías, datada en el 150-200 A.C. —y contenía este pasaje entero.

Es por eso que Juan el Bautista presentó a Jesús como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn.1:29).  Es por esto que el velo del Templo se rasgó cuando Jesús murió (Mateo 27:51)—para anunciar que ahora el camino a Dios está abierto para todos los que vienen a través de la muerte de Jesús por sus pecados.  Es por esto que Pablo dice que el evangelio es “el testimonio de la Ley y de los Profetas”. 

¿Cómo era la Gente del Antiguo Testamento Justificada?

Así la Ley y los Profetas enseñaron que Dios ofreció su perdón como un regalo de su gracia a través de la muerte de su Sustituto elegido. Pero, ¿Cómo era la gente de los tiempos del Antiguo Testamento justificada?  Ciertamente esto requería buenas obras, circuncisión, u observar la ley por parte de ellos. Mencionando a Abraham, el padre de la nación judía, Pablo responde a esta pregunta resueltamente.

  • La mayoría de los rabinos enseñaban que Abraham ganó la aceptación de Dios a través de sus buenas obras, Jubileo 23:10 dice “Abraham era perfecto en todos sus tratos con el Señor y ganó su favor por su justicia a través de su vida”.  Pero esto no es lo que dice el Antiguo Testamento – leer Romanos 4:1-3.

Dios dio a Abraham una promesa de que lo haría el padre de una gran nación, y que de esta nación vendría Uno a través del cual Dios bendeciría a todas las naciones. Cuando Abraham simplemente creyó a Dios en su palabra (a parte de cualquier obra), Dios “lo consideró justo”.  Esto quiere decir que Dios lo declaró en una justa posición delante de Él.  ¿Qué significa esto? ¡Esta es la justificación por fe aparte de las obras!

Pablo se esmera en señalar que David también fue justificado por fe, aparte de sus obras (leer 4:4-8). Incluso después de cometer adulterio con Betsabé, y de haber mandado a asesinar a su marido Urías para cubrir sus huellas, David pudo regocijarse de que Dios no mantendría sus pecados en su contra.  Dios lo justificó a pesar de que fue “malvado” (4:5), debido a que confió en la promesa de perdón de Dios.  ¡Qué gran noticia!

  • Como vimos anteriormente, los rabinos enseñaban que la circuncisión daba al pueblo judío la entrada al cielo, y que los gentiles incircuncisos quedaban fuera.  ¿Pero es eso lo que enseñaba el Antiguo Testamento?

Leer 4:9,10.  El punto de Pablo es que Dios justificó a Abraham 14 años antes de que fuera circuncidado.  Por lo tanto, la circuncisión no tenía nada que ver con el ser justo delante de Dios.

Leer 4:11,12.  Esta cronología no era un accidente.  Dios orquestó la secuencia de los eventos para indicar que todo los que seguían a Abraham en su fe se volvían los hijos de Dios, ya sea que fueran circuncisos o no.  Como lo vimos en Rom.2, la circuncisión no tenía poder para eximir a nadie del juicio de Dios, ni otorgaba a nadie la aceptación de Dios.  Lo mismo ocurre con el bautismo en agua.  Son simplemente símbolos externos de una realidad interna de fe en la promesa de Dios.  Si no se tiene esta fe, el tener el símbolo nunca te dará la aceptación de Dios.  Y si tienes esta fe, Dios te acepta aunque no tengas el símbolo.

  • Los rabinos enseñaban que Dios dio la Ley a Israel para que fuera el medio por el cual ellos ganaban su aceptación.  Pero Pablo ve serios problemas con esto.  Leer 4:13-16. Esto suena complicado, pero su punto es bien simple.

Su punto es que Dios reveló los términos de su aceptación  (a través de tratos con Abraham) mucho tiempo antes que la Ley fuera incluso dada.  Abraham vivió alrededor de los 2100 A.C.; la Ley no fue dada hasta cerca de los 1400 A.C. – 700 años más tarde.  Por lo tanto, cualquiera sea el propósito de la Ley, no puede contradecir la forma original que tenía Dios para la aceptación de la gente (ver Gálatas 3:17,18).  Si tengo un crédito hipotecario de mi casa, podría arrendar mi casa a otra persona—pero éste último (el arriendo) no invalida el hipotecario original.  De la misma manera, la Ley (que fue dada después de la promesa) no puede invalidar la manera en que Dios ofrece su aceptación de la gente.  La ironía es que los opositores de Pablo lo estaban acusando de cambiar la forma en que Dios acepta a la gente, pero en realidad eran ¡ellos los que estaban haciendo esto!

Entonces, ¿por qué Dios dio la Ley a Israel?  Era un contrato de arriendo en el cual se estipulaba los términos para el uso de la tierra.  Si ellos adoraban a Dios y seguían sus instrucciones, él los protegería de sus enemigos y los prosperaría materialmente.  Pero si ellos iban detrás de otros dioses, él los sacaría de su protección y de su prosperidad.  Esto es exactamente lo que les ocurrió.

Conclusión

Dios siempre ha aceptado a la gente de la misma manera—no por obras, ni observación de ritos, ni cumpliendo la ley—sino que por una simple fe en su promesa.

La única diferencia entre la gente antes de Cristo y después de Cristo es que ellos miraban hacia delante en su fe (a través de símbolos y profecías) hacia lo que Dios prometió con respecto a la muerte substitucionaria de Jesús, mientras que nosotros miramos hacia atrás en fe (a través de los recuentos del Nuevo Testamento) hacia lo que él ya ha hecho.  ¿Has hecho esto?  ¿Has hecho una decisión de poner tu fe en la muerte de Jesús (solamente) para que te de su aceptación de Dios?

Dado que la fe es un elemento crucial, debemos tener un entendimiento sólido de lo que realmente significa fe.  Eso lo veremos la próxima vez.

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