Las ense?anzas en Figuras de Antiguo Testamento

Fracaso y Des?nimo

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Mike Sullivan

1 Kings 19

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Introducción

Todos Conocemos un montón a cerca del fracaso. Tomamos muchos desafíos durante nuestras vidas: criar hijos, mantener un matrimonio saludable, invertir en nuestros amigos, comenzar negocios o una nueva carrera y así.  Y estas cosas no siempre resultan.  Cada uno de nosotros ha fracasado en una o en varias de estas áreas.  Cuando fracasamos, la depresión que le continúa puede ser inmovilizadora.

Por ejemplo soy un fanático del fútbol americano de Ohio State.  Soy uno de esa gente que en los partidos de football le grita al televisor…La última temporada mis espectativas eran altas, cualquier cosa menos que un título nacional iba a ser desanimador.  Y cuando perdieron contra Michigan State fue un fracaso, y yo estaba deprimido.  Apagué las noticias del deporte.  No podía mirar las banderas de OSU (Ohio State University) en los balcones.  No quería tener nada que ver con el fútbol de la universidad.  Desarrollé una aversión a toda la cosa.

Creo que existe un peligro similar, especialmente para el cristiano comprometido y entusiasta.  El desánimo proveniente de un fracaso es una de las mayores razones por las cuales los cristianos dan un paso atrás en su búsqueda de Dios y del ministerio.  Nada pone un enfriamiento más grande en nuestro entusiasmo de seguir a Dios que el desánimo.  La posibilidad de fracaso es también la razón por la cual mucha gente permanece completamente alejada de Dios.  Talvez tú  mismo no seas cristiano y ya has pensado esto “Hey, si me meto en esta cosa de Dios, probablemente voy a fracasar.  Y nunca viviré a la altura de las espectativas que Dios tiene—así que para qué molestarme.  Si la gente supiera cómo soy realmente, los hábitos que tengo, las cosas que pasan por mi cabeza—no querrían servir a Dios a mi lado.  ¡No me aceptarían en su iglesia! ¡Si tratara de seguir a Dios, sabrían quién soy y fracasaría!”

Un desánimo prolongado puede cortar el crecimiento de un cristiano, y para alguien que no conoce a Cristo, ¡puede impedirle que comience una relación con Él!  Veremos un período en la vida de Elías donde él fracasó, y se desanimó.  Específicamente, queremos encontrar…¿Qué actitudes llevaron al fracaso a Elías y al desánimo?  ¿Cómo respondió Dios?  ¿Cómo es nuestra visión de Dios cuando está afectada por el fracaso y por la derrota?  Esperamos aprender algo a cerca de nuestras vidas a partir de su experiencia.

Contexto

En un momento, el pueblo judío, las 12 tribus, vivían juntas en un país—Israel.  Pero el país se dividió en el Reino del Norte de Israel, y el Reino del Sur de Judá.  Y especialmente en el norte, en Israel, la adoración a Jehová, el Dios de la Biblia, estaba en descenso.  Los altares a las deidades paganas de las naciones vecinas estaban apareciendo en cada cerro.  La declinación era acelerada por Jezabel, la malvada mujer de Acab, el rey.  Ella quería que cada uno adorara a su dios, Baal.  Con este fin, ella nombró a 450 personas para que sean los profetas de Baal y los invitó a cenar a su mesa real.  Jezabel también condujo a su influenciable marido, Acab, para que diera caza y matara a todos los profetas de Jehová.  Las cosas estaban tan mal, que estos profetas tuvieron que esconderse en cuevas.  Elías entra en escena.  El paralelo moderno más cercano a esta gente es Arnold Schwarzennegger.  Él era fuerte.

Un día, Ocozías (2Reyes1:1-18) un rey diferente, mandó a  su capitán con su guardia de 50 hombres para decirle a Elías que bajara del cerro.  Elías dijo, “no quiero”, y envió un fuego para consumir a los 50 hombres.  Un segundo capitán vino con 50 hombres más diciendo, “¡el rey dice que bajes del cerro!” Elías dijo, “¿Con quién crees que estás hablando? ¡Soy un hombre de Dios!  ¡Y BUM! 50 más murieron.  Finalmente un tercer capitán vino con 50 hombres más.  Antes que nada pudiera pasar, el capitán le suplicó a Elías, “porfavor no nos mates, ten misericordia de nosotros.”  Elías dijo “Bien”, ¡y bajó el cerro!

Elías era muy fuerte, este es un ejemplo de su fortaleza.  En vez de acobardarse en una cueva como los otros profetas, él caminaba hacia el rey de Israel, Acab, y lo desafiaba a él y a los profetas de Baal a una competencia en el monte Carmelo.  Para probar quien era realmente Dios, ellos hicieron dos altares con dos sacrificios, uno para Jehová, y el otro para Baal.  El verdadero Dios probaría que lo es, enviando fuego desde el cielo para consumir el sacrificio.  Los profetas de Baal gritaban “Oh Baal, respóndenos” todo el día, pero Baal nunca respondió.  Elías hizo una pila de rocas, la cubrió con madera, puso su sacrificio encima y bañó todo el altar con galones de agua.  Luego dijo “que se sepa hoy que tú eres Dios.”  Bum—instantáneamente un fuego consumió el sacrificio, la madera, las piedras, y el polvo sobre el cual se sentaban.  No hubo dudas ese día de quién era el verdadero Dios.  Y después de eso, con la ayuda de la gente, Elías personalmente ejecutó todos los 450 profetas de Baal. Fue una inmensa victoria para Jehová.

Es en la cumbre de esta increíble victoria que retomamos la historia en 18:45,46:   En un rato el cielo se oscureció con negras nubes y viento, y hubo una lluvia intensa: Y Acab condujo su carro y fue hacia Jezreel (esta era la capital).  Luego la mano del SEÑOR estaba sobre Elías, el cual ciñó sus lomos (NVI – se ajustó su manto y su cinturón) y adelantó a Acab hacia Jezreel.

Así, sólo para poner un punto de exclamación en la victoria, Elías corre de vuelta a Jezreel a pie (32 km) ganándole al carro de Acab de vuelta a la capital.  Si yo fuera Acab, no me gustaría tener que decirle a Jezabel lo que ocurrió.  Estos eran sus profetas, ellos comían en su mesa. 1Reyes 19:1. Ahora Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, y cómo mató a todos los profetas con la espada.

"Cariño, ¿sabes? ¿Esos profetas que tú nombraste? ¡Están todos muertos! “ Nótese que él dice que Elías lo hizo; él no tuvo el coraje de admitirle que Jehová estaba detrás de la victoria.  Ella probablemente tomó una silla y se la tiró a Acab.  Luego dice que ella…(19:2 leer). Así que Jezabel envió un mensajero para que le diga a Elías, “Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.”

Esta mujer es como Cruela DeVille. Ella está furiosa. “Elías, cuida tu espalda. ¡Enviaré mis sicarios (asesinos a sueldo) para borrarte del mapa!   Elías escuchó esto y tuvo miedo 19:3,4a   Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.  Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; …

No puedes apreciar esto sin un mapa.  Cuando dice “Elías tuvo miedo y corrió”, ¡él REALMENTE  corrió!  No sólo una cuadra.  No sólo para cruzar al ciudad.  Él se fue desde la parte norte del Reino de Israel hasta la parte sur del Reino de Judá.  ¡Una ultra maratón de 144 km! Y sólo para estar seguro, hizo un día de camino internándose en el desierto.

Habiendo dicho lo que sé acerca de la fortaleza de Elías, su reacción a la amenaza de Jezabel es sorprendente.  Garantizado, su vida está bajo amenaza, pero no olvidemos quién es él.  Este es Elías, el hombre que confrontó a un rey, hizo caer fuego desde el cielo, quemó regimientos de soldados, mató a 450 profetas de Baal, y corrió 32 km bajo una tormenta de truenos en terrenos pedregosos hacia Jezreel.

¿Elías arrancando de Jezabel?  ¿No debiera ser justo al revés?  Si yo fuera Jezabel, lo pensaría dos veces antes de hacer una amenaza como la que hizo.  Ella está tomando su vida en sus propias manos.  A pesar de quién es él, Elías se asusta, su confianza se derrumba y corre.  Y aquí hay algo que tenemos que tener claro: ¡esto era un fracaso!

El avivamiento que comenzó en el Monte Carmelo podría haber continuado.  Miles de personas fueron persuadidas que Jehová era el verdadero Dios.  Todo lo que necesitaban ahora era un líder para ayudar a enseñarles cómo seguir y obedecer a Dios.  Pero imagínense cómo estos nuevos convertidos se sintieron cuando ellos escucharon que su líder estaba arrancando de Jezabel. …los titulares en la Gazeta de Jezreel: “Elías, profeta de Jehová, Arranca de la Reina.”  Este sería muy desmoralizador para esta nueva banda de creyentes.

Este era un tiempo crítico.  Elías necesitaba quedarse en su puesto para solidificar su ganancia en el monte Carmelo.  En cambio, él desertó.  Y Aquí tenemos algo para pensar: Israel continuaba decayendo espiritualmente y fue eventualmente completamente destruída.  ¿Hubiese sido diferente si Elías no hubiese nunca corrido?

Este era un fracaso de primera clase con consecuencias duraderas.  Miremos a la primera actitud que llevó al fracaso de Elías y al desánimo.

1. Idealismo No Realista

Por ejemplo, ¿recuerdas la visión idealizada del matrimonio que tenías durante tu noviazgo?  Unidad, éxtasis, etc.  ¡Eso es idealismo no realista!

¿Te has convencido a ti misma que puedes llevar a tu hija al médico, tu hijo a la práctica de fútbol, ir de compras, limpiar la casa, llevar el auto para el cambio de aceite, todo en un día?  ¡Eso es idealismo irreal!

Idealismo irreal es cuando nuestras expectativas están desincronizadas con la realidad.  Y Elías tenía problemas serios con esto. 1Reyes 19: 4b-5ª. Y  vino (él) y sentó debajo de un enebro (arbusto que crece hasta los 3 metros de altura; ofrece una cierta sombra); y deseando morirse, dijo: Basta ya,  oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.” Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido (queriendo dormir-  ¿qué podría ser más típico de una depresión?)

Elías está abatido y se lamenta, “no soy mejor que mis padres.”  ¿A quién se refiere?  A todos los profetas que habían sido antes que él.  Ningún profeta enviado a Israel había tenido éxito en hacer que el país se vuelva hacia Dios. Como puedes ver, en la medida que él se acercaba a la capital, lleno de júbilo debido a su victoria en el Monte Carmelo, era fácil para él pensar “yo soy diferente.  Tal vez los años en el desierto, las horas de oración, los  dramáticos alejamientos han  sido remunerados.  ¡Tal vez seré  el profeta que hace que Israel se vuelva hacia el verdadero Dios!”

Pero algo se quebró cuando él escuchó la amenaza de Jezabel.  El volver de esa victoria sólo para encontrar a Jezabel y Jezreel más corruptas que nunca…  Era completamente devastador.  Elías fracasó en reconocer la profundidad de los problemas de Israel, y cuando su idealismo se enfrentó con la realidad, él colapsó. 

Ahora, es fácil reírse disimuladamente de él, que está debajo del enebro, pero yo no puedo porque tengo un episodio similar en mi propia vida:

Cuando me hice cristiano tenían 9 años.  Soy un perfeccionista así que decidí inmediatamente que si yo seguía a Dios, lo haría en la forma correcta.  Oraba antes de dormirme cada noche. Compré una Biblia para Niños, y por supuesto, decidí que dejaría de pecar.  Esto anduvo bien por algún tiempo, pero después de otro tanto comencé a equivocarme y me sentía mal por eso.  Todo llegó a un punto un día cuando estaba de vacaciones en la casa de mi abuela.  Ella me pidió que nunca deje tirada la ropa en el piso del subterráneo, sino que las colocara en el recipiente para la ropa sucia.  Cada día lanzaba mi montón de ropa para el lavado, como una bomba desde el inicio de las escaleras.  Un día, todas mis ropas cayeron en el canasto excepto por un calcetín.  Me sentí mal.  Pensé, “Dios quiere que yo ponga el calcetín en el canasto.” Dije NO.  Estoy harto de todo esto.  Subí resueltamente dos escalones, y  cerré la puerta.  Y le cerré la puerta a Dios, también, durante siete años.  No quise ser más cristiano.  Estaba cansado de fracasar constantemente.  ¿Eran mis expectativas realistas? Si estás pensando en ser cristiano, espero que no esperes eso de ti mismo.  1Juan2:1,2  Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

Propiciación significa desviar el castigo.  Juan está diciendo que la ira de Dios que tiene hacia nosotros debido a nuestro pecado es vertida en cambio sobre Cristo.

Por ejemplo, cuando tú golpeas el manubrio en una situación de tráfico, realmente estás golpeando la cabeza de la persona que está al frente tuyo, pero tu manubrio soporta el golpe.

Este es el punto de la muerte de Jesús.  Él satisfizo la justificada ira de Dios debido a nuestros pecados, al ser castigado por nosotros.  Me hubiese gustado tanto que alguien me hubiera dicho a los 9 años que los cristianos no tienen que vivir vidas perfectas.  Los pecados que se cometen continúan siendo pagados por la muerte de Cristo.  Espero que si tienes miedo de la vida cristiana porque podrías fracasar en cuanto a obedecer a Dios, yo espero que ese temor no impida que te acerques a él.  Dios no es idealista acerca de nosotros. Él sabe de qué estamos hechos.  Con el completo conocimiento él escogió morir por nosotros.  Romanos 5:8.  Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Dios no te está llamando a una perfección sin pecado, él está pidiendo que humildemente aceptes la muerte de Jesús en tu nombre.

Un último pensamiento en idealismo irreal antes que cambiemos de tema…Israel había estado en declinación espiritual por más de un siglo.  Elías pensó que él podía borrar todo eso en un evento dramático.  ¿Profeta tonto?

¿Acaso no hacemos lo mismo cuando tratamos de ayudar a alguien que tiene un defecto profundamente arraigado (ira, inseguridad) y en el poder de una o dos conversaciones pensamos que hemos ayudado a esa persona sustancialmente para que supere su problema?  ¡A  menudo, cuando ellos caen en sus antiguos caminos, nos sorprendemos! Algunos de  nosotros teníamos 20, 30, 40 años cuando nos hicimos cristianos.  ¡Viejos hábitos incrustados y formas de pensar no serán desarmados con unas pocas conversaciones!

Para ser justos con Elías, había aún más…eran años de trabajo que él había invertido…pero a veces incluso años no son suficientes.  El cambio en la vida de un cristiano casi siempre toma tiempo.  Mucho tiempo.  Y si no nos damos cuenta de esto, estamos colocándonos para la misma carga y depresión que vemos en Elías.  Tal vez estás esperando el día en que sea un agrado vivir con tu compañero de pieza.  ¡Podrías estar esperando por mucho tiempo!  ¿Qué podemos hacer si reconocemos idealismo irreal en nuestras vidas?

A) Ver a la gente por lo que son y permanecer en nuestros puestos. Cuando estamos ayudando a otros cristianos a crecer, o haciendo que el matrimonio funcione— y los sinsabores comienzan—nuestra tendencia natural es desertar, arrancar.

Por ejemplo,  mi esposa no tiene ilusiones a cerca de la profundidad de mis problemas.  No tiene idealismo irreal. Sin embargo su apoyo, tanto verbal como a través de lo que hace, me comunican su resolución de verme crecer más cerca de Dios. Alerta y resolución: Necesitamos ambos entre nosotros.  Esto es parte de lo que Pablo implica cuando dice…Romanos 12:10  “Ámense (sean devotos) los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose mutuamente. “ No hay nada más genial, que el hecho de haber aguantado por un período de años y ver como alguien va cambiando.  También debiéramos recordar eso…

B) La falta de éxito visible no significa falta de progreso.

Por ejemplo, mencioné anteriormente cuando me arranqué de Dios por 7 años.  Durante ese tiempo un cristiano me envió fielmente libros, cassettes y cartas a cerca del cristianismo.  Nunca le escribí de vuelta; incluso ni conozco su nombre.  Pero su amor y preocupación por mí, impidió que yo borrara a Dios completamente.  Él nunca lo vio, pero su labor no fue en vano.  Él mantuvo a Dios en mi mente y eventualmente volví a Dios.

Sigamos leyendo la historia…1Reyes 19:5b-10   “Y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.  Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.  Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, le tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.  Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días  y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. (Horeb está en la parte sur de la península del Sinaí, 334 km desde Beersebá; también se conoce como el monte de Sinaí, la montaña donde Moisés recibió los diez mandamientos.)Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?  (Se supone que debieras estar en Jezreel) Él respondió: he sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos: porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y solo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.”

Completamente solo…soy el único…espero que puedas adivinar la segunda actitud que lo llevó a su fracaso y a su depresión…

2. "Complejo de Mesías"

Esto es cuando sobreestimamos nuestra importancia.  Pensando que somos los únicos que pueden hacer el trabajo.

Por ejemplo, éste es el tipo que en la cancha de basketball acapara la pelota. Es como pasárselo a un hoyo negro.  Nada vuelve a salir.  Él es jugador que da franquicias. Él tiene los tiros, los movimientos. Es  un equipo conformado por un hombre.

Miremos a Elías.  ¿Era realmente verdadero que Elías era el único que quedaba?  ¡No! Micaías, un profeta bien conocido también estaba dispuesto a levantarse contra Acab, él era un contemporáneo de Elías (2Crónicas 18).  Abdías, otro hombre de Dios en Israel, le dijo a Elías cómo él escondió a 100 profetas de Jehová en cuevas.  ¡Elías no era el único y él lo sabía!  Y más aún, al decir soy el último, y sin mí no hay esperanza, ¿qué está diciendo Elías con respecto a Dios?  Está diciendo que Dios no es confiable o no está capacitado para hacer algo en esta situación.

Mucha gente desarrolla un complejo de mesías en el trabajo.  A veces se nos pregunta que completemos un proyecto que es demasiado grande como para hacerlo sólo, un proyecto que involucra manejar a otra gente.  Creemos que podemos (y a menudo es cierto) hacer el trabajo mejor que el resto.  Esto hace que sea difícil delegar.  Somos tentados a mirar a la gente por sobre nuestro hombro e insistimos en estar involucrados en cada decisión.  En vez de valorar la contribución de nuestros colegas, los vemos como una amenaza a la calidad del proyecto.  Al final, nuestro complejo de mesías aleja a los que están alrededor y la productividad de todo el equipo disminuye.

Podemos tener este mismo efecto destructivo cuando desarrollamos un complejo de mesías en un grupo de cristianos.  ¿Tienes un “complejo de mesías”?  Aquí tenemos un cuestionario:

Pregunta 1: ¿Estás frecuentemente frustrado por la “pobre” productividad de la gente a tu alrededor?

Pregunta 2: ¿Sientes que eres el único a quién le importa?  ¿Hay alguien en esta oficina que tenga ética de trabajo? ¿Hay alguien en esta casa que ordena lo que deja?

Pregunta 3: ¿Estás cansado?

¡Llevar el peso del mundo en tus hombros te puede desgastar!

Si has contestado sí a todas estas preguntas, aquí tenemos un par de sugerencias:

A) Recuerda cómo Dios diseñó el cuerpo de Cristo. Efesios 4:16: De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

¿Cómo crecemos como individuos? ¿Cómo nos movemos como grupo? ¡En la medida que cada uno hace su trabajo!  Por ejemplo, mi mujer y yo conducimos un estudio bíblico en casa con otra pareja.  Cada uno de nosotros somos completamente diferentes.  Una persona es dinámica, otra es pensativa, otra persona tiene sentido común, la otra es visionaria.  Y cuando apreciamos lo que mutuamente contribuimos a nuestro liderazgo, somos más efectivos.  Se obtienen mejores ideas, hacemos mejores decisiones, y se sirve mejor a  la gente de nuestro grupo.

Darse cuenta que Dios no depende de ti para llevar a cabo sus propósitos.

“No existe aquello de un hombre necesario.  Dios entierra sus obreros y luego él continúa con su obra.” F.W. Farrar D.D., comentario sobre 1Reyes.

Es fácil ver como “un idealismo no real” y un “complejo de mesías” pueden profundizar la depresión que continúa al fracaso.  Ahora respondamos otra pregunta: ¿Cómo responde Dios cuando fracasamos y nos deprimimos?

La respuesta de Dios a nuestro fracaso y a nuestro desánimo. Si tú fueras Dios, ¿cómo responderías al colapso de Elías?  Dios debe de haber estado frustrado con Elías después de haberle dado poder de tantas formas distintas.  Yo estaría tentado de agarrarlo por el cuello, golpearlo un poco, y decir, “¡tú debilucho! Yo puedo tratar con Jezabel.  ¡Ahora vuelve allá y compórtate como hombre! “En cambio leemos en 1Reyes 19: 5b-7: y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.  Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida  sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.  Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.

El ángel ofreció a Elías comida y agua y descanso.  Dios fue al encuentro de Elías en su punto de necesidad.  Pienso que tenemos un principio importante aquí para nosotros: Dios responde a nuestro fracaso y derrota con compasión.  Si no conoces a Cristo, si tienes miedo de seguir a Dios, espero que te des cuenta de la importancia de este principio.  ¿Qué ocurre cuando los cristianos fracasan, o más aún, si los cristianos pecan?  Dios responde con compasión.  Tito 3:4-7.  Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

Dios no quiere que le llevemos 5 años de buenas obras para poder volver a estar bien parados frente a Dios.  Él nos acepta basado en Su provisión, no en nuestras obras, Su gracia – extendida a nosotros debido a que Jesús lo ha hecho.  Esta es la respuesta de Dios a nuestro fracaso a obedecerle.  Pero no nos podemos beneficiar a no ser que, como Elías, “nos levantemos y comamos.”  Reconociendo el perdón de Dios no es suficiente.  Debemos decirle, “por favor extiéndeME tu perdón.” Espero que tengas un cuadro más realista de lo que Dios requiere de ti y que tomes Su oferta.  Quisiera cerrar con unos pocos pensamientos acerca de… nuestra visión de Dios en medio del fracaso.  El fracaso y la depresión pueden distorsionar nuestra visión de Dios.

Por ejemplo alrededor de 10 años atrás, estaba ayudando a enseñar y liderar un estudio bíblico de secundaria. Nuestro grupo creció rápidamente y muchos estudiantes estaban dejando un estilo de vida de adicción a las drogas y volviéndose a Cristo.  Fue un tiempo especial donde Dios estaba visiblemente obrando entre nosotros y cambiando vidas.   Una avanzada en territorio enemigo se estaba estableciendo en grupos de niños que realmente necesitaban ayuda.  Nuestro estudio bíblico creció tan grande que dividimos la reunión en dos grupos.

En seis meses o algo así, ambos grupos murieron.  Muchos de los estudiantes que alcanzamos dejaron de caminar con el Señor.  Más tarde visité el gimnasio donde nos juntábamos.  Estaba deprimido y me preguntaba si un estilo de vida ministerial valía realmente la pena.  Pensé, “todas estas enseñanzas, conversaciones, oraciones, y arduo trabajo – ¿para qué? ¿Qué salió de todo esto?”  Ese tiempo de fracaso y desánimo desafió mi visión de Dios. Como Elías, comencé a cuestionar… ¿Puede Dios realmente cambiar a las personas? ¿Está realmente involucrado en lo que hacemos?  ¿Está Dios ahí?  En nuestro pasaje, Dios se da cuenta de que Elías ha perdido la confianza en él.  Así que cita a Elías para un encuentro para corregir su limitada visión de Dios. 1Reyes 19:11-13  Él le dijo: “Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová (esto es como ir a la oficina del director, ¡solo que aquí el director es Dios!).  Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. (¿Qué tipo de viento se necesita para romper una montaña? ¿O para quebrar las rocas?)  Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.  (El terreno se está abriendo y escombros están cayendo en la cabeza de Elías.  Si yo fuera él, pensaría, “¡Si Dios no está en esto, no quiero estar aquí cuando él se aparezca!”) Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Cuando oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, salió, y se puso a la puerta de la cueva.  Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?”

Así que Dios le hace la misma pregunta.  “¿Qué estás haciendo aquí?”  Y puedes ver al punto que Dios quiere llegar “Elías, si tú creíste que yo era poderoso, si tú creíste que yo tenía la situación en control, ¿estarías aquí?  ¡No!  Elías, te has olvidado quien soy yo.”

Por ejemplo, cuando yo estaba en los escalones del gimnasio.  Tuve que preguntarme algo similar: ¿Es mi depresión, es mi tentación a salirme de la arena del servicio consistente  con quien es Dios?

En el fracaso y en la derrota tenemos una decisión para tomar: ¿Reafirmaremos nuestra creencia en Dios, o nos acostamos y nos vamos a dormir? Bien, Elías no lo entendió. Y repite su respuesta anterior a la pregunta de Dios. 1Reyes 19:14-18. Él respondió (lloriqueando), He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y solo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.  Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria.  A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar. Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo  matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará.  Yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.

Dios dice a Elías cómo será resuelto el problema de la adoración a Baal.  Hazael fue ungido rey de Siria (2Reyes 8:13).  Él peleó contra Israel y debilitó la dinastía de Acab.  Jehú barrió con la casa de Acab y lo reemplazó como rey.  Jehú también mató a todos los profetas que quedaban de Baal y destruyó sus altares.  Eliseo, elegido en la sucesión de Elías, continuó con la guerra de Elías en contra de Baal.  Cuando estos tres hombres terminaron, la adoración a Baal no pudo nunca recuperarse. Y luego, para un efecto adicional, Dios recuerda a Elías, “en todo caso, tú no eres el único seguidor, existen 7000 personas en este país que son fieles a mí.”

El Dios al cual Elías fue presentado nuevamente era un Dios poderoso que tenía la situación bajo control.  Este es el mismo Dios al cual adoramos hoy.  Dios preguntó a Elías, “¿Porqué estás aquí?”  ¿Qué pregunta harías tú? ¿Qué tal: “tienes algún defecto de carácter que yo no pueda cambiar”?

¿Es realmente cierto que nunca sobrepasaremos nuestras inseguridades y temores a la otra gente? ¿Tenemos unos defectos de carácter tan únicos que Dios no los puede cambiar?

¿Es realmente cierto que nunca tendremos un matrimonio exitoso debido a que fracasamos en el anterior?

¿Es realmente cierto que nunca podremos controlar nuestra ira?

En Filipenses 2:13 Pablo dice, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Si  este poderoso Dios está realmente vivo y obrando entre nosotros, entonces el cambio y el crecimiento es posible en cualquier área.  Si nos resignamos a la derrota, entonces caeremos en una visión limitada de Dios.  Para corregir esto, Dios condujo a Elías de vuelta a la verdad de su poder. Necesitamos hacer lo mismo con nosotros.  Nótese como el salmista desafía su propia visión de Dios.  Él se pregunta, “¿es mi estado de desesperación consistente con lo que es cierto a cerca de Dios?” Salmo 42:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.

El Salmista se está refiriendo a sí mismo y diciendo, “no me acostaré, esperaré en Dios.  Tengo razones para la esperanza debido a la ayuda de Su presencia.”

Conclusión

La pregunta no es si tú fracasas y te deprimes, sino cuando.  Espero que esta charla te ayude para cuando te toque.  Si hemos identificado las actitudes que nos llevan al fracaso y al desánimo, si comprendemos que Dios responde con compasión, y si hemos corregido nuestra limitada visión de Dios, ¿qué nos queda por hacer?  ¡Eso es otra enseñanza!  Por ahora podemos decir… debemos volver a nuestras relaciones, de vuelta a usar nuestras habilidades dadas por Dios para servir a otros, de vuelta a la oración por otras personas, de vuelta al ánimo…de vuelta a nuestros puestos.

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