1 Corintios

Normas Culturales Y Roles en el Matrimonio

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Gary DeLashmutt

1 Corinthians 11:2-16

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Introducción:

Comenzando en el capítulo 11 y hasta el capítulo 14, Pablo se refiere a problemas con las reuniones de los cristianos corintios: EMBORRACHARSE DURANTE LA COMUNIÓN; DESORDEN CON LAS LENGUAS; USO DE LOS DONES EN FORMA EGOÍSTA—entre otros. Leer vs.2-6. Algunas de las mujeres estaban asistiendo a sus reuniones sin sus velos. Actualmente, Pablo se refiere a dos temas diferentes en sus comentarios acerca del velo de las mujeres. Uno es la norma ligada a la cultura de la época y la otra es la teología que no varía con el tiempo. Estudiemos cada tema por turno…

LA PRÁCTICA ESPECÍFICA DE LA CULTURA: Mujeres con Velo en Público

Está claro que a partir del lenguaje de los versículos 5 y 6 se consideraba una deshonra para esa cultura el hecho que las mujeres estén sin velo en público. De hecho, Pablo dice que esta práctica deshonrará al marido (“cabeza” vs.5) al comunicar que ella es como esas mujeres que andan en público con pelo corto o con cabezas rasuradas. ¿De qué está hablando Pablo? ¿Qué significado cultural tienen estas cosas?

En culturas Orientales (incluso hoy en día), las mujeres portan velos en público como un signo de castidad y sumisión a sus maridos . De la información disponible para nosotros, no podemos estar seguros en cuanto al pelo corto y de las cabezas rasuradas. Pero lo más probable es que “las mujeres con pelo corto” se refería a las sacerdotisas prostitutas las cuales caminaban en público sin velo y con pelo corto para publicitarse a sí mismas a los hombres. “Las mujeres con la cabeza rasurada” puede referirse a adúlteras convictas.

A través de Pablo, estas mujeres cristianas habían aprendido su alta posición en Cristo (igualdad esencial delante de Dios; igualmente aceptadas). De Pablo, también habían sido liberadas para ministrar de maneras impensables en otras religiones (vs.5 “orando o profetizando”). Es irónico darse cuenta que pasajes como este, han sido la base para tildar a Pablo de chovinista represivo, y que de hecho son evidencia de la liberación de la mujer. ¡Nunca hubiese sido necesario corregir su abuso de nuevas libertades si no hubiese extendido estas libertades en primer lugar!

Aquellos que tildan a Pablo como un chovinista represivo ignoran este hecho. Pero, como a menudo en este caso, ellas están abusando de esta recién encontrada libertad (UNA PERSONA DE 21 AÑOS CUANDO TOMA; UNA PERSONA DE 16 AÑOS CUANDO MANEJA (en EE.UU.)). Al rehusar mantener el velo en las reuniones públicas, ellas estaban causando serios problemas.

Ellas estaban deshonrando a sus maridos (vs.5). Ellas estaban disfrutando de su libertad, pero les estaba costando a sus maridos sus reputaciones en su comunidad. Esto debiera importarles.

Ellas estaban comunicando a los corintios que observaban que ellas eran mujeres inmorales. Pablo asume que les va a importunar, y les habla directamente sobre esto (vs.6). Si no estaban dispuestas a llevar el velo, podrían igualmente cortarse el cabello porque otros las verán como sexualmente sueltas. Si no quieren ser reconocidas como prostitutas, ellas no debieran vestirse como aquellas.

Más seriamente, ellas estaban deshonrando a Cristo al representarlo mal a los corintios no cristianos. Imagínense que ustedes mismos son una visita a una de estas reuniones. También han visitado el culto de Afrodita. Aquí existen mujeres que parecen como si fueran sexualmente sueltas, gente que habla en lenguas en forma caótica, gente que se emborracha. ¿Qué concluirías? Jesús es meramente la cabeza de uno de estos cultos de misterio/fertilidad en vez del Hijo de Dios que ha venido a perdonar nuestros pecados y darnos poder para vivir de acuerdo a su diseño moral.

Esta es la razón principal por la cual Pablo argumenta que ellas debieran llevar el velo. Ellas debieran voluntariamente limitar su libertad al observar las costumbres para no impedir que otros lleguen a Cristo. Este es el principio contextual en el cual sus comentarios están fundados (leer 10:32-11:1). Pablo ha estado enfatizando este principio desde el capítulo 6. Aunque en Cristo somos libres, debiéramos estar dispuestos a limitar nuestra libertad como un acto de amor para que otros se puedan beneficiar espiritualmente. (COMIDAS; APOYO APOSTÓLICO; IDENTIFICACIÓN CULTURAL). ¿Debieran las cristianas (mujeres) llevar un velo sobre la cabeza en las reuniones de iglesia de hoy en América? Muchos grupos cristianos insisten en esto, pero la respuesta correcta es un enfático “NO”. El principio es: No desprecies innecesariamente las costumbres culturales. La aplicación de este principio para el primer siglo era: Ponte el velo en público. En el siglo XXI en la cultura Americana, las mujeres no llevan velo. Así que la correcta aplicación es NO lleves velo en público. Aquellas que lo hacen, sin importar lo bien intencionadas, ¡son irónicamente culpables de violar el principio de este pasaje al obedecer la aplicación del primer siglo! Al llevar velos sobre la cabeza, están innecesariamente despreciando la costumbre cultural, y las personas son innecesariamente alejadas del cristianismo. Si bien debiéramos amar a estos cristianos y relacionarnos con ellos con respeto, también nos debiéramos dar cuenta que son débiles en su fe e intentar informarles cuando sea posible, y así el cristianismo no será innecesariamente visto como algo culturalmente extraño. (Por otro lado, nuestras misioneras mujeres en Sudeste Asiático tendrán que llevar estas costumbres en algunos casos…)

LA NORMA UNIVERSAL: El Liderazgo Masculino en el Matrimonio

Pero había otro problema con el rechazo a usar el velo. Dado que los velos también comunicaban sujeción a sus maridos, el hecho de no hacerlo implicaba el rechazo al liderazgo de sus maridos. Si bien los velos son una práctica cultural ligada al tiempo, Pablo argumenta que el liderazgo masculino en el matrimonio es una norma universal—verdadera e importante en todo tiempo y en todas las culturas. Nótese cómo lo hace:

Vs. 3 dice esto como una verdad universal y la une a la relación de Jesús con el Padre.”El hombre es la cabeza de la mujer” significa que el marido es la cabeza (líder) sobre su esposa en su relación de matrimonio. De la misma manera que Jesús, si bien era igual a Padre en cuanto a su deidad (Jn.10:30), se sometió al liderazgo del Padre (Jn.12:49), así que esposas, si bien son iguales a sus maridos en cuanto a su humanidad, debieran someterse al liderazgo de sus maridos.

Dado que el velo comunicaba el reconocimiento de esta verdad en su cultura, Pablo defiende la legitimidad de esta costumbre en base a teología en vs.7-10 (leer). Como en otros pasajes, Pablo explica porqué Dios ha hecho al hombre la cabeza en la relación del matrimonio.

En mi opinión, esta estructura de  autoridad dentro del matrimonio se hizo necesaria sólo después de la caída (ver Génesis 3:16b). Previo a la caída, no había necesidad para delegar la autoridad porque ambas partes estaban en perfecta comunión con Dios. Pero en un mundo caído, los roles de autoridad son necesarios para mantener el orden y prevenir la narquía. (LUGAR DE TRABAJO, GOBIERNO CIVIL). Así, Dios instituyó al hombre como la cabeza en la relación del matrimonio. ¿Cuáles eran las bases para esta elección? Como narra Génesis 2, Adán fue creado primero, y Dios hizo a Eva a partir de Adán y para él (para ser su única contraparte a diferencia de los animales).

La oscura referencia a los ángeles de Pablo (vs.10b) probablemente significa que los ángeles, quienes están presentes en las reuniones cristianas, están agudamente conscientes de la delegada autoridad de Dios en el universo. Ellos existen como sus sirvientes y muestran respeto por su estructura de autoridad. Debiéramos imitar esta actitud en vez de rebelarnos.

Por supuesto, esta verdad es muy poco popular en nuestra cultura. Existen dos diferentes razones para esto:

a) CHOVINISMO MASCULINO: Una de las razones es el abuso histórico innegable del liderazgo masculino en la sociedad y en la iglesia. Los cristianos deberían reconocer esto, y condenarlo, y distinguir el liderazgo bíblico de su abuso. Considera las siguientes importantes calificaciones bíblicas, las cuales también ayudan a definir el liderazgo masculino bíblico.

- La diferencia en roles no significa superioridad o inferioridad como personas (vs.11.12). El hecho que tú te sometes a un POLICIA no implica que seas intrínsecamente inferior a él; significa que tú reconoces que él juega un rol legítimo de autoridad. En la misma moneda, el liderazgo masculino no implica inferioridad intrínseca femenina de ninguna manera. Pablo evidentemente añade vs.11, 12 para impedir que nosotros concluyamos que roles equivale a esencia. Ambos hombres y mujeres fueron creados a la imagen de Dios y por lo tanto tienen igual valor ante los ojos de Dios. El origen de la mujer a partir del hombre en la creación está balanceado por el subsiguiente origen del hombre a partir de la mujer. En Gálatas 3:28, Pablo dice que ambos son iguales herederos de la salvación a través de Cristo. Obviamente, como cristianos debiéramos comunicar esta misma actitud hacia todas las personas sin importar el género. ¿Cuán diferente es esto de la moral de los filósofos Romanos y Griegos, quienes describían a la mujer como “sin valor”, “tonta” e “innatamente inferior al hombre” quienes debieran “servir como esclavas” a sus maridos?

- Los maridos debieran estar sujetos a la autoridad de Cristo (vs.3). El punto de Pablo en vs.3 (“la cabeza del hombre es Cristo”) es que los maridos no son ley en sí mismos; están bajo la autoridad de Cristo. Los maridos debieran liderar el camino en sus matrimonios para obedecer a Cristo, no actuar como un pequeño Hitler. Esto tiene dos implicaciones importantes:

  • Los maridos debieran estar sometidos a la autoridad de Cristo no solo cuando está expresado directamente a través de la Biblia, sino que también cuando está expresado indirectamente a través de otros cristianos – incluyendo sus esposas. Esta es la importancia de Efesios 5:21. Ningún marido cristiano tiene las bases para decir “No te corresponde corregirme”. Si es necesario, su mujer debiera corregirlo con absolutos bíblicos y él debiera someterse a su corrección.
  • Cualquier cristiano (hombre) que usa su autoridad para rebelarse en contra de la voluntad moral de Dios está equivocado y no debiera ser obedecido. En casos en que llama a su esposa a desobedecer a Cristo, él debiera ser respetuosamente desobedecido (INTERCAMBIO DE ESPOSOS; PROHIBICIÓN DE CAMARADERÍA CRISTIANA), al igual que se desobedecen otras autoridades delegadas que van en contra de Cristo.

Liderazgo masculino está limitado a ciertas relaciones (Efesios 5:22). La esposa está sujeta a “su propio marido”, y no a todos los hombres en general. Cualquier enseñanza que diga que los hombres están automáticamente en autoridad sobre las mujeres (por ejemplo: en el lugar de trabajo) es una caricatura de la posición bíblica.

El marido debiera usar su autoridad en amor para servir a su esposa (Efesios 5:25-29). Jesús es muy autoritativo, y a veces nos llama a hacer lo que es costoso y doloroso, pero él siempre lidera producto de su amor y por nuestro bien. La prueba de esto es la cruz. Los maridos cristianos no debieran usar su autoridad dada por Dios para egoístamente aprovecharse de sus mujeres (REY EN EL CASTILLO); ellos debieran usarla para ayudar a sus mujeres a crecer espiritualmente (como buenos padres la usan para el bien de sus hijos). Ellos debieran estar modelando un carácter como el de Cristo, iniciando un amor de sacrificio, y creativamente fomentar el desarrollo espiritual de sus esposas. Para la esposa que quiere madurar en Cristo, esta es una maravillosa provisión, a pesar que todavía pueda dar miedo o tenga tiempos difíciles.

>>MARIDOS: ¡¡¡LIDEREN EN ESTE SENTIDO!!! ESPOSAS: ¡¡ESTÉN DISPUESTAS A SOMETERSE A ESTE TIPO DE LIDERAZGO!!

b) YOÍSMO MODERNO: La otra razón es aquella visión que define la sumisión a otra persona como una admisión de inferioridad y por lo tanto una traición a uno mismo como persona. Esta es la visión secular predominante, cual lleva mucho del pensamiento feminista. Rechaza toda autoridad como abusiva (incluyendo la de Dios) y declara sus derechos y desea la prioridad número uno para su vida. Esta visión nos ha influido profundamente a cada uno de nosotros, y es enseñado como un dogma a nuestros jóvenes. Debiéramos rechazar esta visión debido a:

La sumisión bíblica es una afirmación de la verdadera persona porque somos creados por Dios para seguir su liderazgo sabio y amoroso. La autoridad de Dios es legítima porque él te creó y sabe mejor que tú cómo debieras vivir. La sumisión a su autoridad es la esencia de lo que significa ser un ser humano—no una negación de esto. La insistencia en tu voluntad es rebeldía en contra de Dios, la cual es la esencia del pecado. à EVANGELIO AQUÍ.

Promueve el mismo error destructivo en las relaciones que apropiadamente condena en el machismo chovinista – demandando derechos personales y poder a expensas de la otra persona. A no ser que exista la disposición de ambas personas a someterse a Dios, y sacrificar muchos de nuestros deseos por el bien de la otra persona, y respetar la autoridad de Dios en la estructura del hogar, ¡nos quedamos con un matrimonio que es un campo de batalla y los niños son sus víctimas! Estamos siendo testigos de los podridos frutos de esta visión (EFECTOS DEL DIVORCIO EN LOS ESPOSOS Y NIÑOS), ¡es cada pedacito tan agrio como el chovinismo masculino!

DESAFIA A LOS CRISTIANOS A NO SER CONFORMISTAS EN ESTE PUNTO, SINO QUE A SER LUZ EN EL MEDIO DE UNA GENERACIÓN TORCIDA Y PERVERSA…

Sir William Ramsay dice: “En las tierras del Oriente el velo es… la dignidad de la mujer. Con el velo sobre su cabeza, ella puede ir a cualquier lugar (en público) con seguridad y respeto… Pero sin el velo sobre su cabeza la mujer es un objeto sin valor, la cual cualquiera puede insultar… La dignidad de una mujer… se desvanece junto con su velo que cubre todo cuando se descubre, o los descarta.” (Citado en Leon Morris, La Primera Epístola de Pablo a los Corintios [Grand Rapids: Eerdmans, 1958]. p.154). “Ninguna mujer respetable de un pueblo oriental o de alguna ciudad sale sin cubrirse con un velo, y, si lo hace, está en peligro de ser mal juzgada.” (T.W. Davies, citado en Leon Morris, Las Cartas a los Corintios [Philadelphia: Westminster Press, 1977], p.97).

Richard Longenecker, New Testament Social Ethics, pp.71-.73.

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