Introducción
Pablo dice aquí que habrán tiempos de ataques para el cristiano que está avanzando. En v.13, los llama “días malos”, períodos de asalto activo de los poderes sobrenaturales sobre la vida del cristiano. Esta es la razón por que las personas que vienen a Cristo sin creer en la existencia de Satanás comienzan a creer pronto (yo), porque experimentan su oposición en sus vidas. Si quieres evidencia de la existencia de Satanás, ¡¡recibe a Cristo!! 2 cosas notarás:
1. El ataque periódico es una señal de vitalidad espiritual más que enfermedad espiritual.
Tú sólo atraes los dardos de fuego del enemigo cuando eres una amenaza para él. A veces será porque ha habido bendición (crecimiento o ministerio); a veces será justo antes de la bendición.
2. Los ataques usualmente serán más encubiertos que manifiestos (“asechanzas”). Aunque podamos experimentar dramáticos combates con Satanás y sus demonios, es normal que Satanás trabaje en la oscuridad, explotando nuestra naturaleza pecaminosa, engañando a través de falsificaciones espirituales, etc. Los ataques manifiestos estimulan la alerta, mientras que los ataques encubiertos sacan ventaja del descuido (guerra espiritual).
Es esencial que el cristiano tenga su armadura espiritual puesta todo el tiempo. Tenemos que tener respeto por la obra y el poder de Satanás y de esa manera, vamos a estar armados, pero no atemorizados porque nuestras armas son poderosas. En este pasaje, Pablo usa la armadura romana contemporánea para describir la completa y adecuada provisión que Dios ha hecho para nosotros.
Ceñidos los lomos con la verdad.
Se refiere al cinto de cuero que se ponía primero. Aunque este no era la armadura en sí, era muy importante porque las otras partes de la armadura y la vaina de la espada se ataban en este. Cuando estaba atada adecuadamente, le daba al soldado un sentido de apoyo interior y confianza.
“Verdad”, aquí se refiere a la revelación objetiva de Dios, la inspirada Palabra (Jn 17:15,17). El hecho que Dios haya hablado y se haya revelado a nosotros es la base en la cual todas las otras piezas de la armadura se sostienen, y esto nos da una confianza implícita. A menos que estemos seguros que Dios nos ha hablado con certeza y autoridad y suficientemente en la Biblia, nunca podremos depender de su provisión completamente.
Por eso es que Satanás siempre ha tratado de atacar y destruir la autoridad de la Palabra de Dios.
La primera declaración registrada de Satanás es “¿Conque Dios os ha dicho?.
El usa la tradición y autoridad humanas (religiosidad, sectas).
El usa la más alta crítica para negar que la Biblia es inspirada o que toda la Palabra es infalible (liberales; neo-ortodoxos; neo-evangélicos). “Nosotros hemos estado en esto por mucho tiempo. ¡Malditos nosotros s nos apartamos de esto!”
La Coraza de Justicia.-
La coraza, en realidad, cubría la parte superior del cuerpo (pecho y espalda) y protegía los órganos vitales de heridas y sangramientos debido a fuertes estocadas en el combate.
Esto se refiere no a nuestra justicia o buenas obras, sino más bien a la justicia de Cristo que nos ha sido dada (ver Fil.3:9). Es nuestra posición en Cristo solamente lo que nos da acceso a Dios, nos hace dignos en representarlo, etc.
Satanás siempre está usando los pecados para manipularnos y llevarnos al campo de nuestra propia justicia, porque entonces él puede usar una de sus más efectivos ataques: la acusación (condenación), de diferentes maneras: no salvo; no digno de hablar con Dios o servirle hasta que seas un cristiano antiguo.
Es tan devastador porque si nos apartamos de Dios, nos habremos alejado de la única fuente de poder que tenemos.
Hay sólo una respuesta adecuada a esto: admitir libremente que no somos dignos y que sólo Cristo puede obrar en nosotros.
Somos dignos y que sólo Cristo puede obrar en nosotros.
>>Usar Zacarías 3 como ilustración de acusación y de la Gracia de Dios como el antídoto, relaciónelo con Apoc. 12:10,11.<<
Calzados con el apresto del evangelio:
Estas eran sandalias rústicas que ayudaban a los soldados a proteger sus pies y mantenerle en movimiento en la caliente batalla.
Estos zapatos son las buenas nuevas de salvación que Dios nos dio a través de Cristo.
Isaías 52:7 ve en quien trae buenas nuevas, anunciando paz y salvación.
Por lo tanto, esto se aplica a lo primero.
El cristiano victorioso es el cristiano que testifica. Compartir las buenas nuevas no sólo ayuda a otros, sino también libera el poder del Espíritu Santo para llenarte con seguridad, etc. La mejor defensa es una buena ofensa. Nunca deje de testificar a pesar de las circunstancias, esto es algo que Satanás más teme y desea detener.
NO la fe (como contenido doctrinal), aunque es crucial, sino la expresión personal, consciente, específica de dependencia de Cristo a través de la oración.
Comunicación personal con Dios en la que tú reconoces tu debilidad en situaciones específicas y pides su protección y poder. Es interesante cómo pocos cristianos hacen esto cuando están bajo un ataque. Les hablamos a otros, nos hablamos a nosotros mismos, incluso le hablamos a Satanás, pero ¡no le hablamos a Cristo de esta manera!
Satanás teme esto más que cualquier cosa, y por eso él es muy creativo para propagar y mantenernos no orando (aversión; interrupción , distracción).
¿Qué éxito ha tenido contigo? ¿Cuántos de ustedes pasan 15-30 minutos cada día llevando estas cosas a Dios? Es casi imposible exagerar el discernimiento y poder que se genera a través de esto.
Evangelio:
Satanás te dice que has pecado mucho, así que lo primero que debes hacer es limpiarte antes de venir a Cristo. O te dice que una vez que has venido a Cristo debes guardarte puro para ser aceptado por Dios.
El yelmo de la salvación:
El yelmo de metal protegía la cabeza de estocadas, mantenía la conciencia y la cabeza despejada para la batalla.
En 1 Tes. 5:8,9 se refiere a esto como “la esperanza de salvación”. Por lo tanto, Pablo no se está refiriendo a nuestra salvación actual, sino a la promesa de nuestro destino eterno con Dios.
La confianza de que nuestro destino está absolutamente seguro, y que ningún ataque nos puede intimidar, es una gran ayuda cuando estamos siendo atemorizados por la persecución, cuando la fidelidad a Cristo cuesta una pérdida personal (de relación interpersonal; financiera, etc.) o cuando muchas cosas están pasando de una vez, y es fácil confundirse o desesperarse.
La espada del espíritu:
Maxairan no se refiere al espadón largo, sino a la daga corta para uso manual en el combate manual. Una rápida, bien ubicada estoca era más efectiva que un golpe lateral que tomaba más tiempo y dejaba vulnerable al soldado.
La “palabra” no es logos sino rhema. Logos se refiere comúnmente al mensaje comprensivo de Dios, mientras que rhema (literalmente “un decir”) se refiere a los versos o verdades específicas que el Espíritu Santo trae a la mente existencialmente para enfrentar los ataques de Satanás.
Veamos a Jesús en el desierto como el mejor ejemplo de esto. Para cada tentación que Satanás le lanzó, él tuvo sólo una respuesta: “Escrito está”. A medida que aprendemos y memorizamos la Palabra, él la atraerá a nuestra mente para capacitarnos para enfrentarnos a Satanás y penetrar al corazón del asunto con otras personas (al testificar o en consejería).
El conocimiento general de la Biblia recogido de enseñanzas no es suficiente ¿memorizar la escritura (especialmente promesas y mandamientos)? (Ten cuidado de ser enfático con aquella que tienes problema de memorizar). El Espíritu Santo no te puede recordar lo que la mente no ha fijado.
El Escudo de la Fe
El manípulo: ornamento sagrado que se sujeta de antebrazo izquierdo. Enseña primitiva de los soldados romanos.
Es fácil reconocer que la clave para el éxito romano en la guerra era el manípulo. Ellos marchando al campo de batalla en formación de diamante, dos o tres filas con su armamento al hombro y su armadura. Cada uno tenía un rol que cumplir y cada uno dependía del otro. Esto enfatiza la importancia de vida de cuerpo en la guerra espiritual. En Col. 2:5, Pablo habla de su “buena disciplina”. Esto es “ordenadamente formado” y se refiere a ellos en formación como una unidad.
Es sólo cuando vivimos en relaciones mutuamente interdependientes.
Con otros cristianos que tienen verdaderamente “toda la armadura” puesta. ¿Estás tú relacionada con un grupo de cristianos suficientemente pequeño que se pueden conocer unos a otros?
Si es así, ¿estás abierta para que te conozcan en tus dificultades y puedas recibir ayuda, ánimo, que oren por ti? No hay nada mágico en la estructura, es lo que tú haces lo que cuenta.
Conclusión:
Si en verdad crees en la realidad de la guerra espiritual, tú vas a cultivar el hábito de esta forma de vida. La gran necesidad de hoy en día, es de más cristianos que sepan que hay una batalla que arrecia y que cultiven el estar alerta y se mantengan con la armadura puesta.
Esta armadura es invulnerable, ¿no es cierto? ¡¡No!! No estamos listos a menos que nuestra vida integral esté llena y sostenida por la oración (v.18).